EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD VISTO DESDE LA REALIDAD ECUATORIANA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

APUNTES PARA UNA REFLEXIÓN Y DEBATE.

Reflexionando sobre varios temas de educación superior en el Ecuador recopilé estos apuntes que les ofrezco a consideración.

El objetivo de este texto es mostrar los principios epistemológicos sobre los que se apoya el Paradigma de la Complejidad y la Teoría del Caos, así como también contextualizar su desarrollo en el marco del debate epistemológico actual. Este Paradigma aglutina a científicos de diversos campos de conocimiento que insisten en la conveniencia de adoptar nuevos modelos teóricos, metodológicos y, por ende, una nueva epistemología, que permita a la comunidad científica elaborar teorías más ajustadas de la realidad. Teorías que permitan diseñar (modernizar) y poner en prácticas modelos de intervención social, educativa, política, económica, ambiental, cultural, más eficaces que ayuden a pilotar y regular las acciones individuales y colectivas. Subyace en esta actitud reformista un firme intento de reformar la racionalidad sobre la que la ciencia y la tecnología se han venido apoyando en la sociedad ecuatoriana.

Esta actitud reformista afecta indistintamente tanto a las ciencias empírico – naturales como a las ciencias sociales y humanas y, en consecuencia, incide asimismo en las Ciencias de la Educación. Los valores epistémicos que motivan esta reforma del pensamiento son, entre otros, los siguientes:

  1. Conocer para hacer; es decir, combinar los conocimientos teóricos con los de acción.
  2. Conocer para innovar; o lo que es igual, conocer para crear nuevos conocimientos, más allá del saber técnico – aplicacionista.
  3. Conocer para repensar lo conocido o pensado; es decir, epistemologizar el conocimiento, poner a prueba las categorías conceptuales con las que el científico o el tecnólogo trabajan para hacer inteligible o manipulable la realidad de la realidad que se desea estudiar o sobre la que se desea intervenir.

Paradigma de la Complejidad y transdisciplinariedad

La vocación analítica de la ciencia positivista genera un saber especializado, reduccionista y fragmentado. Los esfuerzos interdisciplinares, aun cuando nos ayudan a prevenir los excesos de especialización y de compartimentalización del saber, no resultan suficientes para dar cuenta de la complejidad de los fenómenos, sean biofísicos o socioculturales. Es decir, la interdisciplinariedad no resulta una estrategia válida para dar cuenta del entrelazamiento de las múltiples dimensiones sobre las que se organiza la realidad como un Todo, o, lo que es lo mismo, como una unidad interrelacionada (complejidad). Para superar este reduccionismo, el Paradigma de la Complejidad postula la necesidad de organizar el conocimiento científico desde la transdisciplinariedad. La proyección transdisciplinaria de las ciencias persigue como objetivo, siguiendo a Edgar Morin (2001:32 y s.) «no un sector o parcela sino un sistema complejo que forma un todo organizador que operan el restablecimiento de conjuntos constituidos a partir de interacciones, retroacciones, interretroacciones y constituyen complejos que se organizan de por sí». El epistemólogo y físico teórico Basarab Nicolescu, director del CIRET, ha precisado aún más esta noción. Por transdisciplinariedad entiende aquellos que se sitúa a la vez entre las disciplinas (interdisciplinariedad), a través de las disciplinas (pluridisciplinariedad) y más allá de las disciplinas (transdisciplinariedad) cuya finalidad es la comprensión del mundo presente a partir de la unidad del cocimiento. Unidad que no opera por reducción, como es lo propio de la Ciencia Positivista, sino integrando y dando cuenta de la pluralidad, de la diversidad, de las propiedades emergentes de la realidad, como evidencia la Teoría del Caos.

Teoría del caos y Paradigma de la complejidad constituyen los actuales modelos científicos transdisciplinares de los que se nutren teóricos de diversas áreas científicas, desde la Física, la Química, la Neurofisiología, la Biología y la Medicina hasta el Derecho, la Sociología, la Economía y la Pedagogía para aproximarse a sus respectivos objetos de estudio. Desde el punto de vista aplicado, la existencia de software permite descubrir posibles comportamientos caóticos que pueden originarse tras la modelización e implementación de un determinado programa o modelo pedagógico mediante el empleo de la metodología basada en el análisis de sistemas: Modelización y Simulación. Un ejemplo de aplicación de la Teoría del Caos en Pedagogía nos la ofrecen Rius Lozano, M. et al (2002) y su equipo de investigación. El estudio, enmarcado en el Proyecto Transdisciplinar «La Teoría del Caos y sus aplicaciones a la evolución, autoorganización, predicción y control de sistemas complejos naturales y sociales, aplican la Teoría del Caos y el Análisis Sistémico (Paradigma de la Complejidad o Paradigma Sistémico) como metodología de análisis (conceptual y estadístico) para analizar la influencia del sistema educativo.

Por ejemplo, más allá de concebir el sujeto (aprendiz) como un sistema exclusivamente psíquico (léase cognitivismo), se le concibe como sistema complejo o totalidad interrelacionada y, en consecuencia, como sistema biopsíquico y sociocultural simultáneamente. Frente a la visión analítica y mecanicista de la ciencia clásica positivista, preocupada por observar y explicar una sola dimensión de la realidad biofísica, psíquica o social, la nueva ciencia que inaugura el Paradigma de la Complejidad proyecta una visión unificadora de la naturaleza y la sociedad. Unificación que excluye toda pretensión reductora, como hizo la ciencia positivista, para lograrla a partir de la integración de todos los elementos y dimensiones que constituyen la realidad u objeto a analizar.

La vocación multidimensional e integradora del Paradigma de la Complejidad localiza y establece puentes entre los distintos niveles de organización del sistema (ley sistémica de la totalidad) generando enfoques integrados del conocimiento (Núñez Cubero, L. y Romero Pérez, C.:2003:132 y ss.). Esta nueva forma de pensar y hacer ciencia desde la Complejidad y el Caos implica, entre otras, las siguientes características definitorias:

  1. Analizar la complejidad o, lo que es igual, indagar las relaciones dinámicas del todo con las partes y las relaciones dinámicas entre azar (indeterminado) y necesidad (determinado, probabilístico). El «todo» o «sistema», como nos enseñó la Sistémica, implica algo más que una magnitud, sino como una estructura diferenciada, con identidad (autonomía) propia que responde a un tipo de organización en funcionamiento y en relación específica. Esta estructura o sistema estaría compuesta por elementos interrelacionados que actúan y retroactúan en el interior del sistema en un flujo dinámico haciendo funcionar al sistema, transformándolo por los intercambios con el medio (entorno del sistema).
  2. Analizar lo caótico, es decir, el comportamiento impredecible del sistema pero que responde, no obstante, a un orden subyacente.

No debe olvidarse que caos no es desorden, sino aparente desorden manifiesto que, sin embargo, responde a un orden latente. Los sistemas caóticos implican una dependencia sensible a las condiciones iniciales y son aperiódicos, por lo que resulta difícil predecir su trayectoria o evolución.

Descubrir el comportamiento caótico del sistema o ese orden subyacente es el objetivo de la Teoría del Caos. Descubrir los atractores o focos activos de los sistemas, sean físicos o sociales, las fluctuaciones, la fractalidad, la coevolución de distintos sistemas, etc. son entre otros, dimensiones de la realidad que es posible conocer mediante esta teoría y este nuevo Paradigma Científico.

Mediante el Paradigma de la Complejidad nos aproximamos a una nueva forma de pensar la realidad. Si la ciencia mecanicista aspiraba al conocimiento de lo universal, la ciencia de la complejidad aspira al conocimiento de la diversidad y lo particular.

Frente a una ciencia dualista, el Paradigma de la Complejidad se estructura sobre presupuestos no dualistas que reconoce diferencias de procesos de naturaleza diferente –bio-físicos, psicosociales y socioculturales– integrados en un sistema o todo organizado en funcionamiento. Frente a una ciencia reduccionista y monolingüe, el Paradigma de la Complejidad nos exhorta a construir una ciencia integradora y, por tanto, inter y transdisciplinar. Frente a una ciencia que excluye la aleatoriedad, las bifurcaciones y fluctuaciones, en definitiva, el tiempo y, con ello, la irreversibilidad, el Paradigma de la Complejidad los incorpora y, con ello, la capacidad evolutiva y posibilidades transformadoras de los sistemas. Frente a la visión entrópica de la realidad, se opone, en el Paradigma de la Complejidad, la visión sinérgica de la misma. Frente al monismo científico de la ciencia paradigmática –Ciencia analítico mecanicista–, el pluralismo metodológico del Paradigma de la Complejidad.

Si interiorizamos el mensaje de la contextualización del paradigma de la complejidad en la educación superior en el Ecuador, se antecede de un análisis crítico sobre los presupuestos teóricos que sustentan el mismo y del momento histórico que vive nuestro país inmerso en ofrecer un perfeccionamiento, cambio y profundad transformaciones en la educación superior, se considera inteligente y oportuno reflexionar sobre estos apuntes teóricos que en estos momentos la comunidad científica internacional dedica sus energías y esfuerzos a la noble tarea de la educación.

Desde estas reflexiones exhortamos a la comunidad universitaria a debatir el tema que pensamos es transcendental para el perfeccionamiento que se lleva a vías de hecho en estos momentos en el Ecuador.

Una respuesta a «EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD VISTO DESDE LA REALIDAD ECUATORIANA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR»

  1. Buenas noches, sin dudar hay muchas ideas al debate, realmente la teoría de la complejidad y el paradigma se encuentran presente en nuestra realidad latinoamericana, es evidente su materialización e impactos . La Educación superior es parte de la sociedad, los retos son crecientes, actuar e intervenir en la sociedad con la producción del conocimiento llevó a pensar en el incremento de la producción de riqueza ligado a su distribución, lo cual sin dudas es desigual entre sectores sociales y entre las naciones. En mi opinion un reto se encuentra en la calidad de la Educación superior, en lograr la misma con una administración eficiente y pertinencia social, la materialización de los objetivos de desarrollo sostenible y hacer realidad la agenda 2030. La innovación debería ser asumida más que una misión , la Universidad innovadora para resolver y encontrar soluciones con transferencia de tecnologías ante la complejidad, ante los retos actuales y futuros.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: